A principios de julio se localizó un muflón muerto en Sadernes (Comarca de la Garrotxa). Tras la necropsia realizada por el SEFaS se confirmó en los laboratorios oficiales que se trataba de Lengua Azul. Este es el primer animal silvestre con infección confirmada por el virus de la lengua azul en Cataluña. La enfermedad se había diagnosticado en junio en ganado ovino y bovino en el Pla de l’Estany.
La lengua azul es una enfermedad infecciosa, no contagiosa, compartida entre rumiantes silvestres (cérvidos y bóvidos) y domésticos (vacuno, ovino y caprino) que se transmite por la picadura de ciertas especies de mosquito del género Culicoides. La gravedad de la enfermedad varía según la especie afectada y el serotipo de virus. Se trata de una enfermedad de declaración obligatoria que está incluida en el Programa de Vigilancia de la Fauna Salvaje en Cataluña. No se transmite a las personas.
En los ovinos, en los que la enfermedad es más grave, cursa con fiebre, hemorragias y ulceraciones en el tejido oral y nasal; salivación excesiva, descarga nasal y tumefacción de los labios, lengua y mandíbula; inflamación del rodete coronario (encima de la pezuña) y cojera; debilidad, depresión, pérdida de peso, diarrea profusa, vómitos y neumonía (por complicaciones); lengua «azul» como resultado de la cianosis (raro); abortos y muerte en un plazo de 8-10 días o recuperación lenta con alopecia, esterilidad y retraso del crecimiento.
En muflones en la Península Ibérica, además del caso diagnosticado en Sadernes, únicamente se habían descrito dos brotes en 2007, uno en Córdoba y otro en Huelva. A diferencia de lo que ocurre con el ganado ovino, que se dispone de vacunas comerciales eficaces, en el muflón no es posible realizar una prevención similar.
Este caso es un ejemplo del buen funcionamiento de la vigilancia pasiva en la que los cazadores juegan un papel fundamental. Cualquier muflón observado enfermo o encontrado muerto debe de ser puesto en conocimiento del Cuerpo de Agents Rurals que lo enviarán al SEFaS para su estudio.