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Notícia històrica · CAÇA MAJOR

LA PROLIFERACIÓN DE JABALÍES HACE TEMER UN AUMENTO DE ACCIDENTES DE TRÁFICO



La proliferación de jabalíes hace temer un aumento de accidentes de tráfico

Jabalí retirado por los bomberos en el accidente del 11 de noviembre de 2012.  FOTO: DT

Zorro muerto en la cuneta atropellado por un vehículo a la entrada del  núcleo de Salou.  FOTO: AGENTS RURALS

El censo de los animales se hizo durante tres noches consecutivas por  una ruta del Tarragonès.  FOTO: AGENTS RURALS

Un agente rural inspecciona un conducto de paso de animales. Muchas  veces están obstruidos y entonces cruzan la carretera. FOTO: AGENTS RURALS

14/04/2016
Aunque se ha avanzado el próximo periodo de caza – que comenzará el 4 de septiembre –,el responsable del Tarragonès reconoce que se tendrán que hacer batidas extraordinarias

El accidente ocurrido el pasado día 5 en el Camí del Llorito cuando un jabalí chocó contra un turismo no fue un hecho casual, como tampoco lo fue el acontecido el 20 de diciembre de 2012 en la carretera TP-2031, a la altura del barrio de Sant Pere i Sant Pau, cuando un turismo alcanzó otro ejemplar que cruzaba la calzada. El animal, en este caso, resultó muerto y el conductor del vehículo, ileso. La población de estos animales está yendo en aumento en la zona de Tarragona y en todo el Tarragonès. Así lo certifica el censo que tres veces al año realizan los agentes rurales de toda Catalunya comarca por comarca. A falta del informe definitivo, la población de jabalíes va en aumento, según constata el responsable comarcal del Cos d’Agents Rurals del Tarragonès, Pau Melià. Por contra, la presencia de conejos va en descenso en los últimos años.    

 

Tres veces al año –en épocas muy determinadas–, los agentes rurales efectúan el censo de mesomamíferos, los mamíferos más grandes, desde los jabalíes hasta los zorros, pasando por los corzos, las ginetas, mustélidos, etc –aunque durante el recorrido se apuntan también otras clases de animales, incluso algunos de tipo doméstico–.    

 

Tomar decisiones    

 

El objetivo principal de este censo es tener una información suficiente para tomar decisiones sobre la gestión cinegética y la conservación de población de las distintas especies animales. También se determina a través del número de avistamientos si la cantidad de zorros puede dañar otras especies de caza menor, como por ejemplo la perdiz. Asimismo, los censos sirven para conocer el estado de las población y ver la evolución a lo largo de los años. Y es que dicha actividad se realiza en Catalunya desde el año 1996. Los datos también se utilizan para determinar los movimientos de las distintas especies por la zona geográfica, según el jefe del Àrea Bàsica del Tarragonès.    

 

A pesar de realizarse dicho censo desde hace dos décadas, hasta hace unos años no se tenían suficientes datos que fuesen extrapolables por ejemplo de la población de conejos. Lo mismo ocurre con los corzos – cabirol, en catalán–, porque sólo se disponían de los datos de los avistamientos. Sí que se tenía conocimiento a través de los rastros, de las madrigueras, de seguimientos puntuales y de la estadística de capturas que tienen que presentar las sociedades de cazadores.    

 

Ahora, estos censos de los agentes rurales permiten saber la evolución de la población. Si en su día se hicieron repoblaciones en parajes de una cierta lejanía, como las sierras de Montmell, Poblet o Montsant, algunos de los ejemplares ya se han asentado en el Tarragonès.    

 

La metodología    

 

El censo se realiza siempre de noche, que es cuando los animales tienen más actividad. Se eligen tres días consecutivos en luna nueva, que es cuando mejor se ven los animales con el potente foco que llevan los vehículos. En cada uno van dos agentes rurales. Mientras el conductor controla los ejemplares que cruzan el camino o la carretera, el otro observa con el foco los que hay a ambos lados. El censo de febrero corresponde al fin del periodo de caza menor y coincide con la época de inicio de celo de los zorros. En junio se realiza el otro, que es cuando las diferentes especies tienen crías pero que todavía van con los adultos. Y finalmente el último se hace en otoño –septiembre–, coincidiendo con la época de dispersión de los subadultos y de los jóvenes nacidos aquel año.    

 

En cada comarca, dependiendo de su extensión, se efectúan itinerarios predeterminados de unos cuarenta kilómetros de longitud. En el caso del Tarragonès, la ruta comienza en el cruce del cementerio de Renau, y sigue por L’Argilaga, Vistabella, La Secuita, el pantano, El Catllar, Ardenya, El Catllar, Vespella de Gaià, Salomó, La Nou de Gaià, La Riera de Gaià y termina en La Pobla de Montornès, cerca de la ermita. La ruta recoge diferentes hábitats, tanto forestales como agrícolas, así como topografías, vegetación diversa, así como también se tienen en cuenta las variables ambientales, humanas y las climatológicas.    

 

La ruta comienza una hora después de la puesta del sol y dura entre tres y cuatro horas, teniendo en cuenta que la velocidad media es de unos diez kilómetros por hora. En caso de intensa lluvia o niebla se suspende el recorrido y se pospone para otro día.    

 

Para cada avistamiento se rellena una ficha de observaciones, donde se hace constar la fecha y la hora, la especie, su edad, el sexo –si se puede determinar–, la distancia desde el punto de observación –que se calcula perpendicularmente al punto kilométrico del itinerario–, etc.    

 

Los datos    

 

Durante la primera noche –con ráfagas de viento que provocaban que se levantara mucho polvo- se divisaron dos zorros adultos, 27 conejos, tres jabalíes, una gineta, un búho real, diversos chotacabras europeos –en catalán enganyapastors –, un corzo y dos gatos domésticos. Las cifras de los dos días posteriores son parecidas.    

 

Con los datos recogidos a nivel de Catalunya por los agentes rurales, se realizará un cálculo, mediante una fórmula matemática, del cálculo del índice de abundancia y también de densidad de poblaciones de las diferentes especies, teniendo en cuenta la progresión de los últimos años.    

 

Mientras no llegan dichos datos, Pau Melià asegura que, aunque se hayan contabilizado 27 conejos, «son pocos, porque la presencia de dicha especie va disminuyendo», al menos en el Tarragonès. No ocurre lo mismo con los jabalíes, cuya población sigue en constante aumento. Su presencia es tan habitual en las carreteras que causan numerosos accidentes de tráfico.    

 

Si hasta hace unos años el hábitat de estos mamíferos se reducía a las zonas del prelitoral de la comarca, actualmente se pueden ver ejemplares en plena línea de costa e incluso en la playa. Es habitual observar pisadas y verlos presencialmente en los aiguamolls de Torredembarra. La tesis sobre la presencia de jabalíes en la arena la avalaría el hallazgo realizado por una barca de pescadores el pasado 28 de noviembre cuando ‘pescaron’ dos animales frente a Tamarit y los devolvieron a tierra firme –uno fue por su ‘propia pata’ y el otro con la ayuda de los pescadores–.    

 

La caza    

 

Ante esta proliferación de ejemplares, el responsable de los agentes rurales del Tarragonès reconoce que posiblemente se tendrán que efectuar batidas excepcionales, a pesar de que hace poco que ha terminado la temporada de caza. Y también que el próximo periodo hábil se avanzará sobre el calendario habitual: comenzará el 4 de septiembre y finalizará el 26 de marzo de 2017. Precisamente, ante este aumento de ejemplares –una circunstancia que se da en la mayoría de zonas de Catalunya–, el Departament d’Agricultura ha creado unos grupos especiales para dedicarse a la captura de jabalíes y otras especies de animales. Aunque inicialmente sólo existe en Barcelona, la idea es tener también un grupo en las comarcas de Tarragona.  

 

‘Me salió un jabalí y no me dio tiempo de reaccionar ni de frenar’    

 

Uno de los puntos que se ha convertido en peligroso para el tráfico porque suelen cruzar jabalíes es el punto kilométrico 5,500 de la N-240, la vaguada que hay justo después de Sant Salvador –en sentido Valls–. Allí es donde en un corto espacio de tiempo hubo dos accidentes.  Uno de ellos se produjo sobre las nueve de la noche del 11 de noviembre de 2012. Una mujer volvía a casa junto con su hija de dos años y medio después de la jornada laboral en Tarragona. Al llegar al punto «me salió el jabalí por la izquierda. No me dio tiempo ni de reaccionar ni de frenar», asegura la afectada, quien añadía que «el susto fue mortal». La mujer asegura que salió del coche como pudo, «ya que los vehículos me adelantaban. Me fui a buscar a mi hija, que estaba en la sillita». Una de las quejas de esta conductora es la falta de responsabilidad del resto de usuarios de la vía. En los diez minutos que tardó en llegar su marido nadie se paró: «Estaba sola, con una niña en brazos, el coche destrozado y todo a oscuras, como está en aquel tramo de la carretera. La gente pasaba como si nada hubiese ocurrido». El vehículo quedó siniestro total y lo tenía asegurado sólo a terceros.

 

Tres días después Jesús volvía a su casa, en este caso solo. Eran las doce de la noche. Comenta que circulaba a unos 90 kilómetros por hora cuando en el mismo punto de la N-240 le salieron dos jabalíes de la zona del río. Al pequeño lo alcanzó de lleno, mientras que al adulto lo golpeó por detrás. El primero –de unos 60 kilos– murió, y el otro se marchó corriendo por el arcén de la carretera. «Mi coche se quedó en el arcén, con los cuatro intermitentes encendidos». El conductor salió ileso y alertó a los Mossos d’Esquadra. Una patrulla acudió al lugar y sacó fotografías tanto del vehículo como del jabalí, que ya estaba fuera de la carretera después de haberlo sacado el afectado y otro usuario.    

 

LA CLAVE  

 

Dos accidentes con animales a la semana  

 

En la demarcación de Tarragona hay un accidente de tráfico causado por animales cada dos días, según los datos que manejan los Mossos d’Esquadra. El 80 por ciento de los siniestros son provocados por jabalíes, que ya habitan incluso en zonas llanas.    

 

Dos muertos en Vila-seca

 

Pero no siempre los animales que causan graves accidentes de tráfico son salvajes. Uno de los casos más graves ocurridos en los últimos años sucedió el 27 de noviembre de 2012 en la carretera C-31b, de Salou a Tarragona, a la altura de La Pineda. Dos personas fallecieron y dos más resultaron heridas graves en un choque entre un coche y un caballo en el término municipal de Vila-seca . El accidente se produjo poco después de las cuatro y media de la madrugada en el kilómetro 6 de dicha carretera, cuando un coche impactó contra un caballo que había escapado de una finca cercana y, como consecuencia, murieron dos personas.    

 

De hecho, tres horas antes del accidente mortal, el caballo ya se había escapado en una primera ocasión de la granja y había ido a parar a la carretera, donde un conductor se topó con él y avisó a los Mossos d’Esquadra. No fue el único, ya que habrían sido varios los automovilistas que habrían avisado al servicio de emergencias alertando de que un caballo circulaba sin control por la C-31b.    

 

Tras las llamadas de alerta la policía autonómica logró devolver el caballo a la finca de la que se había escapado, pero lamentablemente poco después el animal volvió a saltar la valla, accedió a la C-31b y causó el accidente mortal.    

 

OTROS CENSOS  

 

A lo largo del año, los agentes rurales realizan otros censos de animales.    

 

De hictiofauna de los ríos: para valorar la población de especies en peligro de extinción, como los cangrejos autóctonos y así tomar medidas para combatir las especies invasoras. También sirve para comprobar el estado poblacional de los peces.    

 

De captura y marcaje de tortugas autóctonas de agua: son tanto de riera como de estanques. Sirve para valorar si se hacen actuaciones contra otras especies invasoras.    

 

De aves acuáticas invernales.    

 

Específicos: como el de zonas de nidificación de golondrinas, de erizos, de mustélidos, etc.    

 

De la procesionaria del pino.





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